03 mayo 2012

Jan Saudek




Jan Saudek nació en Praga, en 1935 empezó a estudiar fotografía. Entre 1950 y 1953 estudió en la escuela de fotografía industrial de Praga. Su trabajo significó el primero de Checoslovaquia en ser conocido en occidente.

 Su fotografía primero se centró en el blanco y negro y luego en color. Diez años después de concluir sus estudios, en 1963 expuso por primera vez en Praga.

En 1963 cae en sus manos el catálogo de la exposición Family of Man del fotógrafo Edward Steichen y entonces decide que lo que realmente quiere es dedicarse a la fotografía y que su inspiración sean, exclusivamente, las personas con las que se haya sentimentalmente ligado. Posteriormente, afirmará que con su trabajo lo que intenta es “capturar todas las cosas que conozco y amo, pero sobre todo me gustaría dejar una huella del tiempo en que he vivido”. El libro de Steichen le motiva a exponer, por primera vez, en Praga.

En 1969 viaja a Estados Unidos, donde conoce a Hugh Edwards, el cuál  le anima a continuar con su labor artística. Fue en la Universidad Bloomington de Indiana donde expone por primera vez en solitario.

A principios de los setenta la carrera de Saudek giró bruscamente de dirección. Vivía en un sótano destartalado: fue allí donde surgió la pared, descascarada y llena de moho, que luego se convertiría en un signo de identidad característico de su obra. 

Casi todas las fotos del autor tienen un hilo conductor: una pared llena de grietas, de deshechos. Un telón de fondo sucio para la representación de las fantasías eróticas presentadas con minuciosa preparación. Luego están los modelos que Saudek detiene en una expresión, que desnuda no sólo la carne de los retratados, sino su propia alma. Y lo que muestra es el lado ambiguo del deseo: el sadismo y la ternura, el vicio y la inocencia, la belleza y la fealdad.

Posteriormente vino el elaborado minimalismo con el que puso en escena sus fantasmas. El color como un signo de distinción en el corazón de la podredumbre. Hay dos extremos que chocan en la obra de Saudek y son la provocación y la cursilería. Huellas de tristeza, que dan sensación de lástima, de pena y erotismo barroco.

Los cuerpos contrastan con la estudiada coquetería de las poses y el banal lustre de lo que rodea a quienes se desnudan frente a su mirada, quienes son retratados con absoluta dignidad. Su obra continuamente llama a nuestros más profundo sentimientos del tacto, la dulzura, la naturaleza, la belleza y el placer. Pero al mismo tiempo repulsión, distorsión, dolor, mezquindad, soledad, desesperación...muerte. Saudek se fascina y obsesiona con la juventud y muchas de sus imágenes más polémicas incluyen desnudos de niños y de muchachas en la pubertad, algunos de estos desnudos convencionales y en otros casos muy eróticos, incluso con disfraces y adornos.
En 1983  publica su primer libro de fotografías. En reconocimiento a la trayectoria artística del fotógro, las autoridades comunistas le permiten abandonar en 1984 su trabajo en la fábrica y que se asocie a la Fundación de Artistas visuales Checoslovacos, lo que equivalía a su reconocimiento profesional como artista.

En 1990 es nombrado Caballero de la Artes y las Letras por el Ministerio de Cultura de Francia y en 2006 es galardonado en su propio país con el Premio Artis Bohemiae Amicis junto a Milan Kundera y Vladimir Körner por contribuir a la reputación artística de la República Checa.

Su trabajo ha sido expuesto en numerosas galerías y museos, desde Chicago, Melburne, Sydney, New york hasta su ciudad natal.



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